Presidente de APDH La Matanza. Ex FOSMO.
En noviembre de 1982 mi padre rechazó por carta documento entregar a mi hermano Ignacio a las Fuerzas Armadas, y ofrecía como alternativa que hiciera tareas sociales. Pero lo rechazaron. Igual no lo hizo porque mi padre realizó una huelga de hambre y el caso tuvo mucha repercusión. Ya en esa época, cuando se empezó a cuestionar la obligatoriedad del servicio militar en 1982, nunca se habló de remplazarlo con algo social ni que estuviera en manos de las Fuerzas Armadas. En Bélgica se hacía un servicio social, pero por el doble de tiempo a quienes rechazaran el servicio militar. Y esa alternativa que cuestionamos hace 28 años desde el Frente Opositor al Servicio Militar Obligatorio (FOSMO) la cuestionamos ahora. Al volver la democracia hubo varios proyectos desde la UCR para mejorarlo, pero siempre se hablaba de la obligatoriedad. Está bien que ahora sea voluntario, demuestra que algo aprendimos. Pero si tiene que ser un servicio social, que no sea en un cuartel sino en dependencias del Ministerio de Desarrollo Social o el de Turismo o en Parques Nacionales.
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